La búsqueda no cesa y en el camino se resumen las coincidencias que no son más que los caprichos del azar. Entiendo entonces que la vida se empeña en llevarnos por lugares que no se pueden evadir. Mientras tanto el desacierto no se diluye y en mí persiste el sueño de estar equivocada. El universo todavía tiene que demostrarme su teoría.
A esos errores, a esos caprichos sobre los que se vierte la anestesia de la desesperanza, a esa gran certeza; la de las horas perdidas, la del secreto mundo de peces y caracoles…a los millares y a los invisibles ceros. A todos los que pasaron por alto la ventana de Maria…les lanzo mis palabras dentro de una botella...
A esos errores, a esos caprichos sobre los que se vierte la anestesia de la desesperanza, a esa gran certeza; la de las horas perdidas, la del secreto mundo de peces y caracoles…a los millares y a los invisibles ceros. A todos los que pasaron por alto la ventana de Maria…les lanzo mis palabras dentro de una botella...
3 comentarios:
Moni, que bueno volver a saber de ti y saber que estas allí.
Un fuerte abrazooooooooo
Y Besos
a mi me parece que la ESPERANZA si que tiene cualidades anestesicas, a diferencia de perder las esperanzas que nos despierta.
saludos, interesante :O
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